Comentario Político
En serio que la política y la religión son temas que enfrentan a las personas, todos creen tener la razón y estar con el mejor. El debate sano es enriquecedor y reconfortante, amplía la visión y las expectativas, sin embargo estamos viviendo otros tiempos, otra era, la tecnológica que sin duda permite al ciudadano común la libertad de expresar sus gustos, preferencias e inconformidades. Lo malo es el libertinaje, la cobardía y la ausencia total de formas y modales.
Actualmente se ha caído muy bajo en las redes sociales, el hartazgo, la falta de liquidez, en algunos casos prepotencia, inseguridad, abusos, malos servicios, influyentismo y alzas en los productos básicos y de entretenimiento, provoca que salga lo peor cuando de defender a un candidato se trata. Entonces viene la calumnia, la infamia, insulto, calificación y hasta apodos para obligar a pensar como ellos.
No aceptan un comentario, aunque sea en el muro personal de quien hace uso de su derecho a la libre expresión, quieren todo a favor, es como si fueran una sola persona detrás de una computadora, programada para decir lo mismo, para ofender e insultar, sin ver que a quien difaman es una persona con familia, con sentimientos y con anhelos de progreso y bienestar, pero piensa diferente, cree en algo diferente, siente qué avisos indican que nos irá mal con tal o cual candidato.
Lo curioso es que a lo largo de los años he visto personas que defendían apasionadas esa misma causa, cantaban los cantos de protesta en la Plaza de La República, en los tiempos de Antonio González Curi, gritaban consignas, se desgarraban las vestiduras, hoy las veo sentadas con las mujeres priístas, apoyando, sin la misma pasión, pero convencidas que aquel proyecto de izquierda no es el mejor para México.
La realidad es que no hay izquierda real en nuestro país, lo que hay es una bola de gente que ante la ausencia de la candidatura anhelada en su partido, se van a ese lado o crearon un partido para eregir la bandera de la honestidad y la honradez.
Luchadores sociales, ya no quedan en este país. Los partidos políticos han dejado a un lado sus ideologías, lo mismo se juntan con la izquierda, con la derecha, y hasta con la miasma si ello les asegura el triunfo.
Así que son tiempos de reflexión, de acudir a las urnas a votar, pero con la visión de un mejor país, sin apasionamientos, viendo la realidad y buscando la mejor opción, y como les digo siempre: voten por quien les de la gana, pero voten.