Cae la joya de la corona

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SIC SAC

Elda Clemente Reyes

El día inevitable para el PRI llegó el domingo 4 de junio, perdió la elección del Estado de México, al contabilizar 44 por ciento de votos, la alianza “Va por el Estado de México”, encabezada por Alejandra del Moral.

Por primera vez, los mexiquenses serán gobernados por un partido distinto. Un reflejo similar al que tuvimos los campechanos en 2021, con el triunfo de la gobernadora Layda  Sansores San Román.

Tal y como lo vaticinaron las encuestas, la candidata de Morena, Delfina Gómez, de la alianza “Juntos Hacemos Historia”, logró la victoria con más del 54 por ciento de los sufragios, convirtiéndose en la primera mujer en gobernar una extensión territorial de 125 municipios, 13.5 por ciento de habitantes del total del país.

Con este triunfo la elección presidencial está prácticamente definida y todo en favor del presidente Andrés Manuel López Obrador, y sus corcholatas ahora sí tienen el panorama nacional más claro y afinarán sus estrategias para alcanzar la candidatura que los posicione en la antesala del Palacio Nacional.

El Estado de México, fue el laboratorio perfecto de lo que pasará en 2024. El PRI le apostaba a la continuidad y a la posibilidad de regresar al poder, pero, solo recibió una lección por el lastre histórico que arrastra su partido y sus principales liderazgos, mientras Morena jugaba a ganar por ganar y extender sus dominios donde nadie más había llegado.

Ambos bandos pusieron toda la carne al asador, las acusaciones fueron mutuas, visibles y retumbaron en todos los medios de comunicación. Sin embargo, los votantes ya habían decidido su voto y era difícil hacerlos cambiar de opinión frente a la propuesta de un discurso que les ofrecía un mejor futuro.

Tras el proceso electoral Morena gobernará más de 73 millones de mexicanos y se posiciona como el favorito para retener la presidencia de la república, sea el candidato hombre o mujer, y deja reducida a la oposición con solo 9 gubernaturas: PAN 5, PRI 2, MC 2.

El próximo escenario para el PRI, PAN y PRD es replegarse y buscar concertar una gran alianza con los partidos que aún no se animan a competir con ellos y han preferido ir solos, como Movimiento Ciudadano. Lo cual, suena ambicioso y descabellado por la negativa de Dante Delgado, de unirse a la debacle que persigue a los priístas y se extiende a panistas y perredistas.

Delfina Gómez, celebra su triunfo luego de las elecciones a gobernador en Estado de México.

La alternancia en el Estado de México, deja una lectura clara es una pausa en el control que ejercía el grupo Atlacomulco. Veremos el reacomodo en su estructura y el desmembramiento de sus bases que operaron divididos para favorecer a su aspirante y simplemente no les funcionó.

No es el fin de los dinosaurios, sería ingenuo pensar que desaparecerá su hegemonía. La derrota los manda al pozo del ocaso donde por más de 94 años evitaron caer, pero eso no es garantía de su extinción.

Lo que sigue ahora para Delfina es cumplirles a los mexiquenses las 24 propuestas de campaña que hizo en favor de las mujeres, los jóvenes, la seguridad pública, la movilidad, el medio ambiente y la salud. Fortalecer el trabajo coordinado con el Gobierno Federal, crear mesas de diálogo y construir una narrativa incluyente para los ciudadanos que no votaron por ella.

La “maestrita” como la llaman en tono despótico sus malquerientes, hizo historia y asumirá el cargo en septiembre.

Su revancha se ha consumado.