Por Kathleen Hennessey, Associated Press
WASHINGTON 10 de Noviembre (AP).- El presidente electo Donald Trump mantiene desinformado a Estados Unidos sobre sus primeras conversaciones y las decisiones sobre su próximo gobierno, con lo que rompe con un añejo protocolo cuya intención es garantizar que el público se mantenga vigilante sobre el nuevo líder de la nación.
Trump se rehusó el jueves a permitir que periodistas lo acompañaran a Washington para su histórica primera reunión con el presidente Barack Obama y los líderes del Congreso. Los principales asesores del republicano rechazaron las solicitudes de los medios de información para permitir que un pequeño grupo de periodistas acompañara a Trump a sus reuniones en Washington.
La decisión fue parte de un patrón de opacidad sobre los primeros movimientos de Trump desde su victoria del martes. Trump se mantuvo completamente fuera de vista el miércoles. Su equipo dijo que se la pasó reunido con sus asesores en sus oficinas de Nueva York. Sin embargo su equipo no ha difundido una agenda diaria ni ha ofrecido actualizaciones detalladas sobre cómo pasará su tiempo. No ha comentado sobre si ha recibido llamadas telefónicas o algún otro tipo de contacto de otros líderes mundiales.
Cuando el presidente ruso Vladimir Putin envió un mensaje para felicitar el miércoles a Trump, la noticia vino desde Moscú. La llamada telefónica de la primera ministra británica, Theresa May, se anunció en Londres. El patrón se ha repetido con los mensajes de los líderes de Israel, Egipto, Corea del Sur y Australia.
Generalmente, la Casa Blanca difunde comunicados sobre las conversaciones telefónicas del presidente con los líderes extranjeros, brindando algunos detalles sobre las mismas. Presidentes electos anteriores han tenido encuentros con la prensa, incluso en las confusas primeras horas tras el día de las elecciones.
Pero los primeros indicios dejan entrever que Trump está dispuesto a romper el protocolo en lo referente al acceso a la prensa y la transparencia.
Como candidato, Trump atacó a la prensa al llamarla «repugnante» y «deshonesta». Se negó a permitirle a un grupo de reporteros y fotógrafos de campaña que viajaran en su avión a sus eventos, y a veces comenzaba sus mítines antes de que llegaran los medios de comunicación. Dicha práctica no aplica a su compañero de fórmula, Mike Pence, quien ha sido cubierto por el tradicional grupo de reporteros de campaña.
Los medios de comunicación durante semanas han intentado coordinar a un grupo de periodistas para viajar con Trump inmediatamente después del día de las elecciones en caso de que resultara ganador. Pero su campaña no cooperó con dichas solicitudes y sus altos asesores se negaron a discutir arreglos con la prensa un día después de los comicios. The Associated Press es una de las organizaciones noticiosas que ha contactado a los asesores de Trump sobre el acceso a la prensa.
La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, que organiza a los grupos de prensa y los activistas por la transparencia en la Casa Blanca, exhortó a Trump a cambiar su postura.
«Esta decisión podría hacer que los estadounidenses desconocieran su paradero y bienestar en caso de una crisis nacional», dijo Jeff Mason, corresponsal de la Casa Blanca para Reuters y presidente del grupo. «No permitir que un grupo de reporteros viaje con él y cubra lo que sucede con el próximo mandatario de Estados Unidos es simplemente inaceptable».
La reunión de Trump con Obama en la Oficina Oval fue registrada por el grupo de reporteros, fotógrafos y videoperiodistas de la Casa Blanca encargados de la cobertura del presidente.
En épocas recientes, todos los presidentes y presidentes electos han viajado con un grupo de periodistas cuando salen de la Casa Blanca.
Un grupo de reporteros y fotógrafos iban en la caravana cuando asesinaron al presidente John F. Kennedy en Dallas. El grupo estaba a tan solo unos pasos del presidente Ronald Reagan cuando le dispararon afuera de un hotel en el Distrito de Columbia, y estuvieron afuera del hospital durante su recuperación.
Un grupo también acompaña a los mandatarios en sus vacaciones y viajes al extranjero, y en ocasiones captan momentos personales o históricos de su mandato.
Esa práctica convierte a los periodistas en testigos de cómo el presidente realiza sus labores, en lugar de depender de narraciones de segunda mano. A menudo capturan los momentos más íntimos entre el mandatario y las personas que saluda.
En tanto, la Casa Blanca depende de tener a acceso a la prensa en todo momento para difundir los primeros comentarios del presidente al momento en que surgen las noticias.
Las organizaciones noticiosas se turnan para servir en ese grupo selecto, cubriendo sus gastos y compartiendo el material recolectado entre ellos con grupos de prensa de mayor tamaño. También son los encargados de cubrir los eventos oficiales en la Casa Blanca cuando el espacio no es suficiente para recibir a toda la prensa.
Debido a cuestiones de seguridad, los presidentes y presidentes electos viajan en una burbuja de seguridad, con tiempos exactos y con itinerarios de viaje confidenciales, y a menudo se bloquean las calles cercanas a sus eventos. Eso deja a las organizaciones noticiosas a expensas de que la Casa Blanca facilite la cobertura con autorizaciones de seguridad y transportación.
Sin la cooperación de Trump, las organizaciones noticiosas batallaron este jueves para garantizar que el público pudiera observar al presidente electo mientras realizaba una serie de reuniones en Washington.
La Casa Blanca permitió a un puñado de reporteros del grupo de prensa de campaña de Trump presenciar la reunión en la Oficina Oval. La prensa vigiló el hotel de Trump en Washington y el club privado del Capitolio en donde almorzó con el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan.